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¿Son tus pensamientos tu paraíso o tu infierno?

Hoy, releyendo la frase de Dante Alighieri que dice en la divina comedia "Oh, vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza", me vino a la mente algunas almas estancadas en el infierno de sus creencias negativas y falta de fe, y no me refiero a esos momentos de caída y duda que todos tenemos por ser humanos sino a personas (he conocido unas cuantas) donde lo que reina en su alma es la duda y el espíritu negativo de la fatalidad.

Personas que:

• Anclan pensamientos en el pasado como un pesado grillete que les impide avanzar.

• Envidian los logros ajenos viéndolo como algo injusto sin considerar el esfuerzo que puede existir detrás de esto.

• Permiten que el odio invada su vida y van destilando hiel entre sus semejantes o por lo menos con todos los que difieren de su manera de pensar.

• Dejan que otros abusen de su vida en una suerte de conducta masoquista que les permite reafirmar su creencia de cuan desgraciados son.

• Buscan la duda y el recelo ante cada posibilidad de un evento positivo.

• Generan conflicto más que buscar la armonía entre sus semejantes.

• Parecieran no tener capacidad de amar, ser vulnerables, sentir.

• Suelen obsesionarse con sus expectativas así no concuerden con la realidad, impidiendo de esta forma el normal fluir de su vida.

• Suelen vivir atemorizados ante su presente y su futuro.

Amigo(a) hoy es el momento, por muy mal que te hayas sentido o te sientas, puedes y debes honrar la vida que se te dio desde el paraíso y no desde el infierno por lo que te dejo acá unas breves sugerencias:

• Deja ir todo lo que te ata así te duela en el momento, es preferible pasar un solo dolor intenso que vivir con un dolor sostenido, vivir con esa pena en el alma

• Cree en la posibilidad de que todo mejore porque es precisamente la fe la que atrae milagros en tu vida y no la depresión.

• Acepta que hay cosas que no son y mientras más rápido lo hagas pues más rápido permitirás la entrada de las que si son, ya sabes, cuando te toca no que te quites y cuando no te toca ni que te pongas.

• Suelta la envidia, agradece lo que tienes y lo que tienen de los demás, es la mejor forma de conectarse con la abundancia.

• Obsérvate, sobre todo revisa que piensas, ¿llegan esos pensamientos de dolor, miedo, ansiedad? Pues de frente con ellos, combátelos, diles que se vayan una y otra vez con la certeza que ganarás la batalla. Independientemente de lo que pase afuera, cada persona es autora de la escritura de sus pensamientos.

• Agradece el ahora y aprovéchalo al máximo porque es el único momento real.

• Ama con fuerza, empezando por amarte a ti

Quiero cerrar con un relato de Osho sobre el pensamiento que muestra como somos nosotros los creadores y responsables de lo que pensamos y sentimos.

Una vez un hombre estaba viajando y entró al paraíso por error. En el concepto indio del paraíso, hay árboles que conceden los deseos, se llaman KALTAPARUS. Simplemente te sientas bajo uno de estos árboles, deseas cualquier cosa e inmediatamente se cumple no hay espacio alguno entre el deseo y su cumplimiento.

El hombre estaba cansado, así que se durmió bajo un árbol dador de deseos.

Cuando despertó, tenía hambre, entonces dijo:

"¡Tengo tanta hambre! Ojalá pudiera tener algo de comida".

E inmediatamente apareció la comida de la nada simplemente flotando en el aire, una comida deliciosa.

Tenía tanta hambre que no prestó atención de dónde había venido la comida.

Cuando tienes hambre, no estás para filosofías.

Inmediatamente empezó a comer y la comida estaba tan deliciosa. Una vez que su hambre estuvo saciada, miró a su alrededor. Ahora se sentía satisfecho. Otro pensamiento surgió en él: "Si tan sólo pudiera tomar algo!" Y por ahora no hay ninguna prohibición en el paraíso, de modo que de inmediato apareció un vino estupendo.

Mientras bebía este vino tranquilamente y soplaba una suave y fresca brisa bajo la sombra del árbol, comenzó a preguntarse:

"Qué está pasando? ¿Estoy soñando o hay fantasmas que están jugándome una broma?" Y aparecieron fantasmas feroces, horribles, nauseabundos. Comenzó a temblar y pensó: "Seguro que me matan!"

Y lo mataron.

Entonces mis queridos lectores, dentro de la comprensión que como humanos que somos tenemos momentos de momentos, que hay circunstancias en las que nos hundimos en pensamientos destructivos, tenemos que entender que esto no es una condena y que siempre será nuestra decisión trabajar en esto para salir con la convicción que podemos y debemos orientar nuestra vida al paraíso que merecemos.

Con amor

Liliana Castiglione Asaro

Psicóloga


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